Cadenas de bloques privadas: ¿bases de datos perfectas para bancos?

Esto viene de un artículo de Oro y Finanzas donde comentan que,

Seguimos en OroyFinanzas.com a vueltas con el tema de las cadenas de bloques privadas. En las últimas semanas hemos publicado varios análisis desde distintos ángulos sobre la evolución que la tecnología de la cadena de bloques (blockchain) está teniendo en su forma privada. Gideon Greenspan, de Multichain, retoma el debate sobre este tema en un nuevo texto, haciendo referencia al texto publicado recientemente por Arvind Narayanan y otras recientes publicaciones en medios y redes sociales al respecto.

Greenspan defiende que las cadenas de bloques privadas son bases de datos compartidas, pero que, sin embargo, permiten un nuevo nivel de bases de datos compartidas, ya que, la tecnología blockchain posibilita compartir una base de datos a nivel de escritura entre partes sin confianza y sin la necesidad de una autoridad central ni un intermediario, lo que según él, “tiene enormes implicaciones para el mundo financiero y fuera de él”.

Nueva dimensión en las bases de datos por la tecnología blockchain

“Decir que una cadena de bloques (blockchain) privada es solo una base de datos compartida es como decir que HTML y HTTP son “solo” hipertexto distribuido (…) las cadenas de bloques privadas son una tecnología que permite compartir bases de datos, como los bolígrafos permiten escribir y como HTML / HTTP permiten el hipertexto distribuido. La cadena de bloques de Bitcoin y su aplicación principal (divisa) no se pueden separar, ya que una no podría existir sin la otra. Pero esta equivalencia no se aplica en absoluto a las cadenas de bloques privadas”, asegura Greenspan, y continúa: “Así que vamos a dejar esto perfectamente claro: Sí, las cadenas de bloques privadas son solo una forma de compartir una base de datos. Pero permiten un nuevo tipo de base de datos compartida”.

“Este problema y su solución – en referencia a las bases de datos de acceso compartido- no tienen absolutamente nada que ver con Bitcoin y la idea de dinero libre de censura. De hecho, la única conexión con Bitcoin es la similitud técnica entre la cadena de bloques de Bitcoin y cómo algunos de estas cadenas de bloques privadas se implementan en la actualidad. Con el tiempo los dos mundos pueden divergen, debido a que sus requisitos son completamente diferentes. Tanto si te gusta la regulación financiera como si no, el hecho es que las cadenas de bloques privadas son potencialmente útiles en un mundo regulado, mientras que, al menos por ahora, las cadenas de bloques públicas no lo son”, enfatiza.

Bases de datos de acceso compartido sin necesidad de un intermediario

El hilo de argumentación de Greenspan para llegar a la conclusión de cuál es la principal novedad que incorpora la tecnología blockchain en las bases de datos: compartirlas con la función de que múltiples partes con acceso a la misma puedan escribir sin que exista confianza entre ellas y sin la necesiada de una autoridad central, pasa por explicar primero en qué consiste una base de datos y su funcionamiento básico, para más adelante analizar el acceso compartido a bases de datos. En este sentido Greenspan pone como ejemplo una empresa que quiere compartir determinada base de datos con el mundo exterior y asegura: “En muchos casos, no hay ningún problema proporcionar acceso compartido de lectura. El directorio se puede exportar a un archivo de texto y enviarlo por correo electrónico a los clientes y proveedores. Puede ser publicado en Internet. Incluso se puede crear una API para permitir la búsqueda por código externo. La lectura compartida es un juego de niños técnico, una sencilla cuestión de decidir quién puede ver qué”.

Y el autor plantea a continuación: “Pero qué pasa si dos o más partes quieren compartir una base de datos que (a) ninguno de las partes controla, (b) cualquiera de las partes puede escribir en ella, y © todos deben confiar en ella. Para hacerlo más complicado además, vamos a decir que las partes tienen incentivos diferentes, no existe confianza entre ellos e incluso pueden ser feroces competidores entre sí. En este caso, la solución ha sido siempre la misma: introducir un intermediario de confianza. Este intermediario gestiona una base de datos centralizada, ofrece cuentas a todas las partes, y se asegura de que todas las operaciones se permiten de acuerdo con un conjunto de reglas conocido. En muchos casos, sobre todo en el mundo financiero, cada parte sigue mantienendo su propia copia de los datos, y dedican mucho tiempo a comprobar que sus bases de datos están sincrinizadas”. Fuera de eso, el autor asegura que hasta la aparición de la tecnología blockchain no existía una alternativa para una base de datos con acceso compartido de escritura en un ambiente de confianza limitada, y que eso es precisamente lo que ésta proporciona.

Además de todo esto, según él, “las bases de datos de escritura compartidas requieren un nuevo tipo de reglas, para restringir las transformaciones que una transacción puede realizar. Esta es una innovación absolutamente clave, y marca la diferencia (…) Este tipo de reglas se pueden expresar al estilo de las limitaciones de transacciones en Bitcoin, al estilo Etereum de procedimientos forzados almacenados (“contratos inteligentes”), cada uno de los cuales tiene ventajas y desventajas. Tal vez se descubran otras formas mejores. Pero ambos comparten la propiedad de ligar el estado de la base de datos antes y después de que se lleve a cabo una transacción. En otras palabras, responden a la pregunta: ¿Fue una transacción válida?, algo que es fundamentalmente diferente a preguntar si la base de datos es válida en un único punto en el tiempo”.

Greenspan deja en manos de los lectores concluir si este tipo de bases de datos tienen aplicaciones en el mundo real, pero asegura, que al menos, permite entender el interés de los bancos por las cadenas de bloques privadas dado su “potencial para simplificar procesos, reducir costes y reducir retrasos” y remarca que “las instituciones financieras son grandes usuarias de las plataformas de bases de datos, y esas plataformas no permiten un escenario de escritura compartida. Esto es lo que los bancos están buscando”.

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